PRESENTACIÓN DE “MANUEL CHAVES NOGALES: LOS AÑOS PERDIDOS” DE YOLANDA MORATÓ

El pasado 1 de febrero tuvo lugar en la Facultad de Filología de la Universidad de Sevilla la presentación del libro Manuel Chaves Nogales: Los años perdidos (Renacimiento, 2023) de Yolanda Morató. Acompañada por la profesora del Departamento de Literatura Española e Hispanoamericana Clara Marías, la autora nos da las claves acerca de los años que el escritor y periodista sevillano pasó exiliado en Inglaterra. Partiendo de un minucioso y exhaustivo trabajo de investigación, Los años perdidos nos ofrece una gran cantidad de documentación, datos nuevos y una entrevista inédita que Chaves Nogales concedió antes de fallecer y que arrojan luz sobre el periodo entre 1940 y 1944 durante el cual se relacionó con la red de espías y agentes dobles al servicio del Ministerio de Información del Gobierno británico.

Yolanda Morató, nos la presenta la profesora Rocío Rojas-Marcos, es profesora titular de Filología Inglesa en la Universidad de Sevilla e imparte docencia en diversas universidades tanto españolas como internacionales, entre las que cabe destacar Harvard o el MIT. Es especialista en el periodo de guerra y entreguerras británico, sobre el cual ha impartido conferencias en Cambridge, Oxford o Cornell. Cuenta con más de veinte obras traducidas, es premio de traducción de la Asociación Española de Estudios Anglo-Norteamericanos por su edición anotada de la autobiografía del escritor vanguardista británico Wyndham Lewis y es la traductora de los artículos de Chaves Nogales en el exilio inglés y francés recopilados en los libros La España de Franco y Obra Completa. Además, desde 2020 ha estado desarrollando un proyecto de lingüística computacional para crear un sistema que reproduce el estilo lingüístico de Manuel Chaves Nogales a partir de sus artículos en lengua extranjera que no cuentan con originales en español. Morató es también poeta y tiene tres poemarios publicados: Nadie vendrá a salvarnos, Ahora y Túnel de lavado. En 2021 publicó Libres y libreras. Mujeres del libro en Londres, una historia en torno a las libreras de Londres como pioneras de la industria literaria.

Clara Marías comienza alabando el extenso y detallado trabajo de investigación documental que ha permitido incrementar sustancialmente el número de artículos de prensa conocidos de Chaves Nogales. “Esta labor tan minuciosa está reflejada en la solidez intelectual del libro” que, sin embargo, se lee casi como una novela de intriga y espionaje. Morató ha conseguido hacer “un fresco” de Chaves Nogales, de su época, las personas con las que se relacionó y las circunstancias que les rodeaban. “Nos promete Chaves Nogales, pero nos regala mucho más”.

A la pregunta de cómo surgió el proyecto y su acercamiento a Chaves Nogales, Morató responde que fue a partir de un encargo de David González, entonces editor de Almuzara, que le propuso traducir una serie de artículos de Chaves Nogales en el exilio que darían lugar a La España de Franco. A raíz de ese trabajo, la marcha del periodista a Francia y más tarde a Inglaterra y los detalles de su vida en el exilio comenzaron a llamarle la atención. Le sorprendía lo superficialmente que estaba contada su huida, especialmente considerando que se trataba de un periodo de guerra. Su investigación acerca de Wyndham Lewis, contemporáneo de Chaves, ya la habían familiarizado sólidamente con el contexto histórico y político. Durante la publicación de las obras reunidas de Chaves le pidieron la cesión de derechos de sus traducciones y fue durante esa época cuando empezó a desarrollar su proyecto de lingüística computacional para reproducir el estilo de Chaves Nogales. A partir de este análisis lingüístico comenzó a modificar sus traducciones. “Yo cuando leía las traducciones que había hecho de Chaves me leía a mí”. Tras una serie de pruebas, logró obtener artículos que ya no sonaban a ella, sino a él. Su momento “eureka”, como lo llama, fue el descubrimiento de un original en español de Chaves. “Me escribió Ignacio Garmendia y me dijo: «No te lo vas a creer. Hemos encontrado un original de lo que tú has traducido y da miedo lo que se parece»”.

De izquierda a derecha, las profesoras Rocío Rojas-Marcos, Clara Marías y Yolanda Morató. Créditos de la imagen: Marta Camacho Núñez

A continuación Marías le pregunta acerca de sus descubrimientos sobre la marcha de Nogales de París y su llegada a Reino Unido. “Para mí la marcha, curiosamente, era lo que menos me interesaba. Lo que más me interesaba era el detalle de la maleta perdida”. Existe la hipótesis de que lo poco que se conserva de los artículos de Chaves Nogales durante su madurez se debe a que todo lo escrito entonces había acabado en una maleta que se había perdido, “pero a mí eso no me proporciona ninguna satisfacción”. Es una teoría muy efectista, muy cinematográfica, pero poco creíble. ¿Por qué conocemos tan poco de los que fueron los años más importantes de su vida? ¿Por qué hay tan pocos artículos? ¿De qué vivía? ¿Para quién trabajaba? Comienza aquí una labor casi detectivesca por seguir los pasos de Chaves y averiguar con quién se relacionaba y cómo se ganaba la vida. “El libro, por seguir un orden cronológico, empieza con su huida de Francia en un barco. Se nos había contado que llega a Inglaterra y donde llega es a Gales”. Su interés por el barco tenía por objetivo saber con quién había viajado. “Al encontrar a ese grupo de la embajada con el que él iba, se abre una senda”.

A este respecto, Marías destaca el acercamiento colectivo que nos ofrece Morató en su libro. Una obra coral que no se limita a seguir a la figura de Chaves, sino que traza una extensa red de personas y documentación marginal que ayudan a reconstruir la vida y el trabajo del autor en el exilio. “Yo no concibo, y creo que eso reduce la historia de cualquier personaje, una investigación centrada en una única persona porque no somos seres aislados en la sociedad. No es posible entender a alguien en solitario; todos formamos parte de una comunidad con redes, y más en una guerra”. Añade que “hay miles de páginas sobre Chaves con información incorrecta y eso me obligó a cruzar mucha información de muchas fuentes. Iba tirando de nombres y salían otros nombres”. Sin embargo, y a pesar de la enorme cantidad de fuentes secundarias, Morató logra no perder nunca de vista el foco principal de la historia, el propio Chaves.

Acerca de las ideas preconcebidas del exilio en Londres de Chaves Nogales, Morató comenta que “la imagen que tenemos del Londres de la época es la de unos exiliados republicanos que están ahí, se reúnen y tienen ganas de volver a España” y cita los casos de Cernuda, Barea y el propio Chaves, “tres personas que ciertamente coinciden poco”. Lo que sí había, y se ha podido comprobar, era una gran diversidad de exiliados. “Hay exiliados anarquistas, exiliados republicanos, los hay con una vertiente más social, otros con una vertiente liberal, hay monárquicos, hay gente de la derecha, hay agentes dobles y hay una casa catalana y hay una casa vasca en Londres que reciben dinero del Ministerio británico”. Menciona en relación con esto la última entrevista de Chaves antes de morir donde dice que hay que comprender el separatismo innato en todo español. “Lo que nos está diciendo es «yo vivo en una isla donde hay muchas islas» y esa es la imagen que yo pretendía dar”, una alejada de la lectura de Chaves como un periodista amado por todos y sin enemigos, nada más alejado de la realidad. “Hay que decir de Chaves que asumió muy bien su papel de gestor, no permaneció de manera sectaria en un grupo”.

Créditos de la imagen: Marta Camacho Núñez

Durante su exilio en París, Chaves colaboraba con Havas, una agencia pionera en noticias que presumía de ser completamente neutral e independiente, lo cual no era cierto “porque cuando se empieza a rastrear la documentación que se ha ido desclasificando vemos que el Ministerio británico le pide a Havas que le dé el paradero de ciertas personas. Ahí ya no estamos hablando de independencia y objetividad, ahí estamos hablando de gente que intercambia información y eso tiene un nombre: inteligencia”. Havas, además, tenía su despacho en Londres localizado en el edificio de Reuters. Chaves llega a Londres con la gente de Havas en París y sigue trabajando con ella, que para esas fechas ha cambiado su nombre a AFI ya que los nazis controlaban Havas Francia (convertida en OFI). Esto no quita que Chaves, por iniciativa propia, buscara “otras fuentes y otras maneras, pero Chaves estaba a sueldo del Ministerio, que es quien le pagaba a Reuters, el cual pagaba a AFI”.

Los resultados de todo este proceso de investigación cambian significativamente la figura autorial de Chaves, aunque de forma parcial ya que hay información que aún no ha sido desclasificada. Si bien nunca llegó a ser un escritor-espía, sí que fue un escritor espiado en un Londres donde todos los exiliados eran controlados minuciosamente. “De Chaves no sabemos exactamente en qué medida emitía informes o si los emitía siquiera, pero sí sabemos, porque está en las escuchas de la Inteligencia británica, que se reúne con Luis Calvo”, quien posteriormente sería director del ABC y que en aquellos momentos era un agente doble.

Los años perdidos también nos ofrece un íntimo y profundo retrato psicológico de un Chaves solitario, cuya mujer e hijos se encontraban lejos de él, pero optimista a pesar de todo ya que veía próximo el final de la guerra poco antes de su temprana y repentina muerte tras ser intervenido de peritonitis. “Yo quería dar esa imagen de, no un personaje plano, sino de una persona de carne y hueso”.

Mi más profundo agradecimiento a Clara Marías y Yolanda Morató por la fascinante conferencia y a la Facultad de Filología de la Universidad de Sevilla y los profesores Rocío Rojas-Marcos y Juan Ignacio Guijarro por la organización y difusión de los eventos culturales que ahí se celebran.


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2 comentarios sobre “PRESENTACIÓN DE “MANUEL CHAVES NOGALES: LOS AÑOS PERDIDOS” DE YOLANDA MORATÓ

  1. Excelente y generosa entrada, como siempre, ideal para quienes no pudimos ir esa tarde al acto.
    Chaves Nogales es un personaje fascinante, olvidado hasta que hace unos 25 años se defendiera en la Facultad una tesis doctoral sobre su obra y, de repente, se le volviera a publicar y a leer–increíble historia, sin duda…
    Gracias y hasta el martes,

    N.

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    1. ¡Muchas gracias! Yo no lo conocía y su historia es realmente fascinante, desde luego. Y el trabajo de Yolanda es increíble, disfruté mucho oyéndola hablar de su investigación y de todo el proceso de documentación, menuda «pechá» de trabajo…

      Un saludo y hasta el martes.

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